¡Qué regalo tan valioso! Tenemos la capacidad de vivir de modo que esas veinticuatro horas aporten paz, alegría y felicidad, tanto a nosotros mismos como a los demás.
La paz está presente aquí y ahora, en nosotros y en todo cuanto vemos o hacemos. La cuestión es si estamos o no en contacto con ella. No necesitamos viajar lejos àra disfrutar del cielo azul. No necesitamos abandonar nuestra ciudad ni tan solo nuestro barrio para disfrutar de los ojos de un niño hermoso. Incluso el aire que respiramos puede ser fuente de gozo.
Podemos sonreír, respirar, pasear y comer de una manera que nos permita estar en conacto con la abundancia de felicidad que nos rodea. Somos muy buenos planificando la vida, pero no mucho viviéndola. Sabemos cómo sacrificar diez años por un diploma y deseamos trabajar muy duro para conseguir un trabajo, un coche, una casa, etcétera. Pero nos resulta difícil recordar que estamos vivos en el momento presente; nos corresponde vivir ese momento, que es el único momento en el que estamos vivos. Cada aliento, cada paso, pueden colmarse de paz, alegría y serenidad. Sólo necesitamos estar despiertos, vivos en el momento presente.
Una sencilla técnica consiste en decirnos al inspirar: "Inspiro, sé que estoy isnpirando". Y cuando espiramos, decirnos: Espiro, sé que estoy espirando".
Sólo eso. Reconocemos nuestra inspiración como inspiración y nuestra espiración como espiración. Esta técnica puede ayudarnos a mantener la mente concentrada en nuestra respiración. A medida que practiquemos, nuestra respiración se tornará tranquila y sosegada, así como nuestro cuerpo y nuestra mente. En pocos minutos cosecharemos los frutos de la meditación.
Inspirar y espirar es muy importante y agradable. Nuestra respiración es el vínculo entre nuestro cuerpo y nuestra mente. A veces nuestra mente piensa en una cosa y nuestro cuerpo hace otra, y cuerpo y mente no son uno. Al concentrarnos en nuestro aliento, "inspiración" y "espiración", acercamos cuerpo y mente, unificando nuestro ser. La respiración consciente es un puente importante. Para mí, la respiración es una alegría de la que no puedo prescindir.
Practico la respiración consciente cada día, y en mi pequeña sala de meditación he caligrafiado esta frase: "¡Respira, estás vivo!". El mero hecho de respirar y sonreír puede hacernos muy felices, porque al respirar conscientemente nos recuperamos completamente y hallamos la vida en el momento presente."
Thich Nhat Hanh, Vietnam, Maestro Zen y monje budista, en: EL ARTE DE VIVIR, Ideas prácticas de grandes lideres, KAIRÓS.